El estrés es una sensación que todos podemos tener, como reacción a determinados eventos o acciones que debemos realizar. Nuestro organismo responde de esta forma activando hormonas del sistema nervioso. Se genera más adrenalina y cortisol, y estas nuevas hormonas se envían al sistema circulatorio.
Efectos del estrés: Estrés bueno y malo
Cuando estamos tensos por alguna situación o actividad que tenemos que realizar, un poco de estrés puede ayudarnos a mantener la alerta y la tensión necesaria ante un reto.
Sin embargo, el estrés no es siempre una reacción a cosas puntuales o inmediatas. También el estrés se puede manifestar por eventos a largo plazo. En este caso, las situaciones pueden producir un estrés de poca intensidad, pero perdurable, y ocasionar dificultades a la persona.
La consecuencia del estrés permanente es el agotamiento de las reservas del cuerpo. La persona acabará sintiéndose agotada o abrumada. Esto derivará en un sistema inmunitario debilitado y en otros problemas.
Síntomas o señales del estrés:
Las personas que pasan por una sobrecarga de estrés suelen mostrar estos síntomas:
- Presión permanente, confusión y desórdenes mentales.
- Ansiedad y ataques de pánico.
- Irritabilidad, mucha susceptibilidad.
- Melancolía, tristeza.
- Problemas estomacales, dolores de cabeza de pecho.
- Reacciones de tipo alérgico como asma.
- Problemas para el sueño.
- Beber y comer en exceso, fumar, tomar drogas.
Consejos para controlar los efectos del estrés:
Saber cómo eliminar el estrés y hacerlo durante situaciones calmadas puede ayudar a pasar circunstancias difíciles que puedan surgir.
El estrés es una sensación que todos podemos tener, como reacción a determinados eventos o acciones que debemos realizar. Nuestro organismo responde de esta forma activando hormonas del sistema nervioso. Se genera más adrenalina y cortisol, y estas nuevas hormonas se envían al sistema circulatorio.
Efectos del estrés: Estrés bueno y malo
Cuando estamos tensos por alguna situación o actividad que tenemos que realizar, un poco de estrés puede ayudarnos a mantener la alerta y la tensión necesaria ante un reto.
Sin embargo, el estrés no es siempre una reacción a cosas puntuales o inmediatas. También el estrés se puede manifestar por eventos a largo plazo. En este caso, las situaciones pueden producir un estrés de poca intensidad, pero perdurable, y ocasionar dificultades a la persona.
La consecuencia del estrés permanente es el agotamiento de las reservas del cuerpo. La persona acabará sintiéndose agotada o abrumada. Esto derivará en un sistema inmunitario debilitado y en otros problemas.
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