Invariablemente, los preadolescentes, como todos nosotros, se enfrentarán a situaciones que los harán sentir abrumados y, a menudo, derrotados, como una prueba inminente o una situación social desafiante. Su primera respuesta a estos dilemas comunes puede ser asumir que simplemente no pueden encontrar una solución, lo que los lleva al fracaso.

La forma de combatir este tipo de pensamiento negativo es utilizar lo que se conoce como habilidades metacognitivas, que son una parte normal del desarrollo. La metacognición nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, controlar nuestros pensamientos y encontrar soluciones prácticas a los problemas. 

¿Qué es la metacognición?
La metacognición, esencialmente, nos permite saber lo que sabemos, pensar sobre el pensamiento y comprender nuestro sentido del yo. Los preadolescentes tienden a tener habilidades metacognitivas relativamente fuertes en comparación con los niños pequeños, pero estas habilidades aún se están aprendiendo y pueden perfeccionarse con la ayuda de padres y maestros.

Los procesos metacognitivos incluyen la planificación, el seguimiento de los propios pensamientos, la resolución de problemas, la toma de decisiones y la evaluación de los propios procesos de pensamiento. También implica el uso de estrategias para recordar información. La metacognición es vital para el proceso de aprendizaje y es una parte importante de la madurez emocional de su hijo.

 Padres preadolescentes
Los preadolescentes que tienen habilidades metacognitivas más sólidas tienden a tener un mejor desempeño académico que los preadolescentes con habilidades más débiles. 3 Estas habilidades también pueden beneficiar a los estudiantes fuera del aula, como cuando interactúan con amigos y pueden enfrentar la presión de sus compañeros, o cuando comienzan a asumir pequeños trabajos o responsabilidades. 

Estas habilidades de pensamiento también pueden ayudar a los preadolescentes a determinar si una decisión que están a punto de tomar es buena o mala, incluso si la presión de grupo no está involucrada. 


Cómo puede fomentar el proceso metacognitivo
Los niños que se perciben a sí mismos como "buenos" o "malos" en determinadas tareas pueden decidir si pueden hacerlo o no cuando se trata de un desafío específico, y que no tienen ningún control sobre el resultado. 


Por ejemplo, un niño puede decirse a sí mismo: "Escribir informes de libros me pone ansioso ". El uso de habilidades metacognitivas podría llevarlo a profundizar y ser más proactivo, pensando: "¿Qué tienen los informes de libros que me hacen sentir ansioso y qué puedo hacer para cambiar eso?"

Puede apoyar el desarrollo de la metacognición animando a sus hijos a reflexionar sobre sus propios pensamientos y acciones. Podría preguntar: "¿Cómo tomó esa decisión?" o "¿Qué estrategia usaste para recordar qué comprar en la tienda?"

Trate de incorporar estas preguntas en sus actividades o rutinas diarias, como durante la cena familiar. En general, estas preguntas deberían ser:


  • No culpar
  • Abierto
  • Centrado en soluciones
  • Orientado al proceso
Los niños criados en hogares en los que los padres son autoritarios, o asisten a escuelas en las que los maestros o administradores son, pueden tener dificultades para desarrollar habilidades de pensamiento productivo. Si a los estudiantes simplemente se les enseña a obedecer órdenes, a no cuestionar las decisiones de los adultos que los rodean oa "hacer lo que digo, no lo que hago", es posible que no dediquen mucho tiempo a reflexionar sobre sus procesos de pensamiento.

De manera similar, los proverbiales "padres helicópteros" que siguen todos los movimientos de sus hijos por temor a un paso en falso no los están ayudando a desarrollar habilidades metacognitivas. Los niños deben poder tomar sus propias decisiones, reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y desarrollar su propio conjunto de habilidades para la resolución de problemas.


A medida que los niños crecen, se enfrentarán a dilemas cada vez más complejos en la vida y en el aula. El desarrollo de habilidades metacognitivas puede guiar a sus hijos a superar desafíos y ayudar a su adolescente en el camino hacia la madurez.

Si cree que está haciendo todo lo posible para ayudar a su hijo a tomar decisiones de forma independiente y todavía parece tener problemas con la metacognición, hable del problema con el maestro de su hijo. Averigüe si el maestro puede proporcionarle libros, hojas de trabajo o actividades diseñadas para mejorar la metacognición.

Si sospecha que algo más tiene la culpa de por qué su hijo tiene problemas con la metacognición, hable con su maestro sobre la posibilidad de que tenga una discapacidad de aprendizaje . Si ese es el caso, la escuela puede hacer que lo evalúen y ayudarlo a obtener las herramientas que necesita para mejorar sus habilidades de resolución de problemas.